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El olfato y el olor del bebé

por Claudia Codriansky

El olfato es el primer sentido que se desarrolla en el feto y una vez nacido el bebé es capaz de reconocer a su madre a través del olfato. Para la madre su olfato también la conecta con su bebé ya que a través de este se desarrolla el vínculo de apego que es primordial para la supervivencia, desarrollo y bienestar del bebé.

Por esta razón creo muy importante durante las primeras semanas de vida del bebé dejar de lado cualquier uso de productos con aromas, ya sean de origen sintético o natural, tanto en el bebé como en la madre.

A los bebés les encanta el aroma de su madre y a las madres nos encanta el aroma de nuestros bebés. Esta es la mejor aromaterapia para las primeras semanas de vida extrauterina del bebé. Para transmitir seguridad y contención a nuestros bebés no necesitamos más que nuestro propio aroma

En el año 1.998 se publicó un estudio realizado con bebés recién nacidos a los que se les presentaba una prenda mientras estos dormían, lloraban o estaban despiertos y tranquilos. Dichas prendas o bien fueron vestidas por sus madres, por otras madres, o estaban recién lavadas, o bien, ninguna prenda. Se encontró que los bebés que lloraban se calmaban más rápido cuando se les presentaba una prenda de su madre u otra madre. También, los bebés movían su boca para prepararse para la toma de leche cuando la prenda correspondía con la usada por su propia madre. En el caso de bebés que no lloraban, pero estaban despiertos, esta respuesta se vio específicamente para cuando la prenda presentada era la de su madre.

La conclusión de dicho estudio dice que los resultados sugieren que las presentaciones de aromas maternos pueden ser de uso clínico en situaciones en las que los bebés no se alimentan bien o que requieren ser tranquilizados. Estos datos refuerzan la noción de que la presencia materna puede ser extremadamente beneficiosa para los bebés hospitalizados.

Pero, ¿qué sucede si por alguna razón la madre no está presente?. Esto podría suceder si la madre está enferma u hospitalizada, si la madre ha muerto o si se trata de un bebé que ha sido adoptado, por ejemplo. En este caso, me referiré a un consejo dado por Penny Price sobre el uso de aceites esenciales. Ella sugiere utilizar un pañuelo o algodón con algunas gotas de un aceite esencial entre la ropa mientras se da alimento al bebé. De esta forma, el bebé asociará dicho aroma como tranquilizante, reconfortante y nutritivo y podrá ser usado para esto cada vez que sea necesario. Es importante elegir un aceite esencial seguro para bebés pequeños como lavanda (Lavandula angustifolia), mandarina (Citrus reticulata), sándalo (Santalum spicatum, S. album), rosa (Rosa damascena), manzanilla romana (Anthemis nobilis, Chamaemelum nobile) o manzanilla germana (Matricaria recutita).

En el caso de madres que necesitan ayuda para vincularse con su bebé esta técnica también se puede utilizar. Otra técnica sugerida por Penny Price es el uso de una crema de manos aromatizada con alguno de estos aceites esenciales, que la madre usará cada vez que necesita tomar al bebé para calmarlo, alimentarlo o mudarlo. De esta forma, se creará un disfrute en la madre a través de los aromas. En el módulo de preparados aromáticos veremos una fórmula para este caso.

Los bebés poseen un sentido del olfato muy sensible por lo que llorarán o se mostrarán molestos si un aroma no les agrada. Si es así, se deben evitar aquellos aceites esenciales, pero en general, podemos decir que les agradarán aromas que ha usado su madre o que a ella le agradan.

Es importante hacer de la experiencia aromática algo placentero tanto para el bebé como para la madre ya que los aromas generan memorias duraderas

Este es un extracto de mi curso Cuidado Aromático del Bebé.

Referencias